La protagonista Ana Magdalena Bach viaja cada año a una isla -que puede ser en realidad cualquier pueblo caribeño- donde está enterrada su madre… ¿por qué ahí? No nació, ni vivió, no tenía raíces ni pasado… pero lo pidió y ella lo llevó a cabo, ahí fue enterrada.
Esta singular petición la enfrentará en uno de esos viajes a conocer ese amor pasajero que la hace sentir más viva que nunca.
Más allá de buscar engañar a su marido o de tener una aventura loca y fuera de serie, la protagonista reconoce una singular vivencia y recuperarla de una u otra forma cada año: en agosto.
Sin mayores compromisos, lo que puede ser una aventura veraniega es en realidad el momento de realización total: sentir esa completa libertad de tener en sus manos sus decisiones y su cuerpo.
Texto para ahondar en las situaciones de la mujer desde una visión contemporánea, ficción sí, pero llenas de una vivencia singular y única.
Para quienes gustan del estilo de García Márquez: abundantes descripciones, acción continua, diálogos precisos y, como se dijo antes, personajes que se arrancan de la realidad para vivir al límite.