lunes, 1 de abril de 2019

La balsa de piedra: una visión onírica


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El Premio Nobel de Literatura 1998 José Saramago nos regala una historia llena de ironía y de realidad mágica: un día la península ibérica comienza a separase de Europa, con lo cual comienza una travesía inaudita a través de los mares.

Según narra la historia, un día comienza un temblor que pocos pueden sentir, hay gritas que comienzan a dares y el agua comienza a correr entre los Pirineos.

Un puñado de personajes comienza, junto con la tierra, una especie de perigrinar fuera de toda historia creíble. Reuniones de gobierno, comisiones de emergencia,  grupos ciudadanos en acción, todos tienen una propuesta, una opinión de lo que pasa, nadie sabe por qué.

La balsa de piedra (2001, Punto de lectura) plantea entonces que hay personas con una sensibilidad diferentes, la idea de que existe un temblor, de que los animales reaccionan en forma diferente, de que existe algo que la tierra misma quiere decir.

De esta manera 3 hombres y 2 mujeres comienzan a retratar lo mágico de la vida, las relaciones humanas llevadas a su básica relación, el amor, la pasión, la forma de sobrevivir, la búsqueda de razones, todo en un automóvil y luego una carreta, que representan al Rocinante moderno que busca respuestas.

Así van de España a Portugal, mientras la otrora península es ahora una isla que entre el Mediterráneo y el Atlántico sortea islas, navega sin rumbo aparente, se acerca al otro lado del océano.

Apoyados por unos y otros, campañas en ambos lados del océano, los pueblos ahora hermanados de la nueva isla no saben qué les depara el futuro.

Con el estilo aleccionador de otras obras, su peculiar estilo gráfico de muchas comas y mayúsculas que llama a los diálogos, las amplias intervenciones del narrador-omnisciente y personajes que se redondean en cada pincelada, Saramago va construyendo una fábula donde lo irreal se convierte en una fiel realidad.

Entre el perro y la barra, la necesidad de comer y sobrevivir lleva a los personajes a vivir a su 
manera la solidaridad y el amor, también la muerte y el escape de la vida actual. Cada situación es una forma de probar a los personajes, de otra oportunidad para vivir.

Una novela para aprender y reflexionar sobre aquello que nos hace humanos, conscientes de nuestras propias relaciones humanas, de la oportunidad de encontrarnos en los lugares menos esperados. También la geografía y la ciudadanía que nos hace también ser quienes somos, en un continente, en una isla, como lo material es parte de nuestro ser.

Una fábula moderna como solo Saramago la puede construir. Y en el camino, descubrir que una isla también es un continente…


En este espacio hemos hablado de una gran novela “Ensayo sobre la ceguera” (http://literaturaexperienciaviva.blogspot.com/2010/02/la-ceguera-y-la-revision-de-lo-humano.html) y el ensayo “El nombre y la cosa” (http://literaturaexperienciaviva.blogspot.com/2013/04/saramago-el-nombre-y-la-cosa.html)

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