Demasiado amor (2001, Alfaguara) es una novela
escrita por la autora mexicana Sara Sefchovich, quien ha escrito pocas pero
significativas novelas. En este espacio hablamos de La señora de los sueños (La
mujer y sus sueños: una novela de Sara Sefchovich http://literaturaexperienciaviva.blogspot.com/2018/07/la-mujer-y-sus-suenos-una-novela-de.html)
donde se pretende construir un mundo tan real como ficticio a través de la
escritura y la reflexión una mujer aparentemente normal que a través de la
lectura se libera de lo cotidiano.
En Demasiado amor, la protagonista Beatriz lleva en
una vida normal y de pronto descubrimos una doble cara: por un lado, una
tradicional empleada de oficina, recta, cumplidora, puntual y comprometida. Por
otro, una singular manera de ayudar a su hermana y a su propio sueño.
Este único sueño es tener un hostal o un hotel en algún
rincón lejano, compartido con su hermana, deciden ir más allá de lo común y de
esta manera todo el dinero que pueden es ahorrado para vivir en Italia, en una ciudad
donde puedan vivir plenamente, lejos de tanta cuestión que se vive en el país. Violencia,
falta de oportunidades, carencias, todo lo quieren dejar atrás.
Con gran esfuerzo logran que la hermana tome todos los
ahorros y se vaya a Europa a una casa de huéspedes que podría funcionar para
cumplir su sueño. La comunicación por teléfono es cara, así que el contacto
entre hermanas es a través de cartas. Este intercambio epistolar con la hermana
en el exilio voluntario revela que la necesidad de dinero porque cada vez hay
más posibilidad de cumplir el sueño, pero ésta requiere una inversión que hace
nuestra protagonista en medio de la tranquilidad de la soledad y la necesidad,
recurre a uno de los oficios más antiguos del mundo.
Casi involuntariamente comienza a enredarse con
diversas personas y a ver que dar el amor que tienen su cuerpo puede ayudar a
cumplir el sueño, entonces sin proponérselo se convierte no en una prostituta
sino una dama de compañía que esperan en un popular restaurante de México a que
alguien le invite de comer o algo más. Así comienza una exploración de diversos
personajes masculinos deseosos de recibir ese amor, algunos muy necesitados,
otros ricos, y cada uno de ellos constituye la oportunidad no de ejercer un
oficio sino de reunir el dinero que necesita para su hermana.
Aquí da un giro la novela porque estas aventuras le
hacen toparse con un singular ingeniero, alguien tan dispuesto como ella a dar
algo más que su cuerpo, a dar amor. Comienza entonces una especie de novela-en-el-camino
en donde viajan a través de todo México y comienza una recuperación
increíblemente detallada de todo aquello que nos hace ser un país: lugares históricos,
parajes naturales, arte, expresión religiosa, comida, sitios peculiares,
creencias, todo en cada uno de sus capítulos se convierte en un listado gigantesco
de oportunidades para querer imitar y recorrer esos caminos de México.
Y es que este peculiar personaje a veces no habla,
únicamente escuchamos la voz de nuestra protagonista dispuesta a contar sus
aventuras sexuales, pero también el amor que tiene con este ingeniero en cada
rincón del país, en cada platillo, en cada oportunidad demuestra que existe
algo más que amor. Y es que su compañero tiene también demasiado amor que quedar
y no es suficiente con un fin de semana.
Poco a poco Beatriz consigue, podríamos decir, un
patrocinador, quien se convertirá en una pieza clave incluso para que le lleve
sus fiestas y demostrar de esta manera una afición qué no tiene, porque su amor
no es una mujer sino otro hombre. Por eso su casa, además de sus citas, se
convierte en un refugio para su amigo, quien aprovecha sus posibilidades para remodelar
la casa, así ambos pueden compartir el amor entre estas cuatro paredes.
Su casa se transforma y mientras esta
transformación se da, la hermana también conoce a alguien y aparentemente se
queda con él y con un buen y próspero negocio. En una de las cartas la hermana
se entera cómo obtiene el dinero, pero ella le dice que no es algo malo, es
simplemente la manera de construir los sueños propuestos.
Entre los capítulos de esta novela hay más que
fuerte figuras femeninas, hay un profundo amor por México, por todo aquello que
nos hace ser un mexicano. Esto con una reflexión tan profunda y una descripción
tan amplia que no se disfruta únicamente la lectura, sino que se antoja cada
uno de los postres o de las comidas que ella se describe, hay tanta pasión como
amor que físicamente ella puede dar.
El aparente ritmo lento de la novela se combina con
estas cartas con diversas fechas que nos ayudan a ver el paso del tiempo entre
los personajes. Se remarca también los personajes femeninos autónomos que
buscan no depender de otra persona sino de realizar sus sueños y de creer en
ellas mismas, y es que en el país hay mucho más que dar no sólo lo visible sino
los olores los sabores y el amor y, a veces, demasiado amor.
Una excelente novela para disfrutar de un personaje
femenino de la mano de una autora imprescindible en la literatura mexicana,
ampliamente recomendada.